Historias de Yogui Bhajan para inspirar e iluminar el Alma.
Pequeñas gemas que mantendrán tu mente meditando una y otra vez acerca del mensaje que contienen.
El cuento de hoy: AMIGOS.
Hubo una vez un hombre muy, muy positivo que tenía una profunda amistad con otro. Un día él estaba sentado en su casa y pensó: “He sido amigo de este hombre por diez años. ¿Por qué soy amistoso con él?” Estaba empezando a dudar de su amistad. Luego se preguntó a si mismo: “Durante diez años no me había hecho esta pregunta, ¿Por qué me la estoy haciendo ahora?”
Entonces dijo: “He sido un tonto durante estos diez años. Debería haberme hecho esta pregunta desde el primer día que lo conocí. ¡Qué tonto puedo ser! Durante diez años nunca me he preguntado a mi mismo acerca de esto, y por diez años he sido su amigo sin saber porque soy su amigo. Tal vez él ha estado explotándome durante estos últimos diez años; tal vez por diez años me ha estado usando; tal vez por diez años me ha estado haciendo magia negra; tal vez por diez años, por su culpa, no he tratado de hacer amigos con alguien más. Y ahora he perdido muchas oportunidades. ¿Qué es esta amistad por la que por diez años he estado pegado a este sujeto? Todo es una tragedia. ¿Por qué no pensé en esto antes?”
En otras palabras, el hombre estaba volviéndose loco con sus pensamientos. Después de un rato recobró la cordura y se dijo para sus adentros: “Eh, ¡soy un tonto! Durante diez años he disfrutado su compañía. Es mi único amigo. Él es bueno y me conforta. ¿De qué estoy hablando? Cállate. Debería ir a llamarlo. Debería sorprenderlo. Él siempre se pone muy feliz cuando me ve”. Así que ensilló su caballo y partió para encontrar a su amigo.
Durante sus diez años de amistad, cada vez que él llegaba a la casa de su amigo, este salía a recibirlo en el momento que el desmontaba. Pero este día no apareció. Así que cuando llegó a la casa, bajó de su caballo y entró, su amigo dijo:
– Oh, estoy tan contento de verte. Ven siéntate.
– ¿Estoy en el lugar correcto?
– Si, estás en el lugar adecuado. Ven, amigo, hablemos…
Parecía como si estuvieran empezando su amistad desde el primer día. Todos los buenos sentimientos que habían existido entre ellos durante diez años, no existían más. Él solo se sentó y pensó: “Hace diez años lo conocí justamente así”. Y miró a su amigo y dijo:
– ¿Estás bien?
– Si – su amigo dijo.
– Bueno, acostumbrabas a amarme, abrazarme, encontrarme afuera. ¿Qué pasó hoy?
– No me reconozco. Algo extraño está sucediendo. Siento que eres un completo extraño. ¿Qué hiciste?
– Bueno, no he hecho nada- dio el hombre-.
– Tú debes haber hecho algo.
Sabía que había hecho. Pero no se lo contaría a su amigo. Así que se enfrascaron en una discusión, cada uno culpando al otro. Él dijo:
– No, no, tú eres muy frío conmigo.
– Durante los pasados diez años, nunca he sido frío contigo-explicó el amigo- ¿Qué pasa ahora? Hasta piensas que soy frío contigo.
Entonces al amigo le vinieron las palabras de sabiduría y dijo:
– Está bien, no voy a estar de acuerdo contigo y tú no vas a estar de acuerdo conmigo. Así que no vayamos a terminar dándonos puñetazos en la nariz. Sentémonos y meditemos calmadamente.
Se sentaron a meditar y después de un rato se sonrieron mutuamente. Al levantarse, el amigo dijo:
– ¿Qué deseas comer?
– Bueno, cualquier cosa que desees servirme. Pero primero ¿Cómo estás ahora?
– Muy enojado- dio el amigo.
– ¿Por qué estas enojado ahora?
– Sé lo que hiciste hoy.
– ¿Cómo lo sabes?
– Mediante la meditación. Sé lo que hiciste y sé lo que paso.
– ¿Qué?
– Hoy, por primera vez, pensaste en mí, dudaste de mí y me rechazaste en lugar de la cálida comunicación que acostumbrabas a proyectarme. Y eso creó un bloqueo. Antes no pude entender lo que me pasaba.
– Bueno, está bien, lo hice, de acuerdo. Tú reaccionaste. Estoy de acuerdo. Pero ¿Por qué te has enojado ahora?
– Sin que me contaras, comprendí que no era mi error. Ahora puedo ver lo que tengo que hacer. De nuevo mi voluntad está contigo, la cual tú te habías comido.
Recuerden, la mente está por encima del tiempo y del espacio. No rechacen mentalmente a nadie, porque la reacción sobre ustedes es siempre diez veces mayor. Es mucho mejor enfrentar a alguien cara a cara y hablarlo, que hablar a espalda de alguien, o siquiera pensarlo y enviar los pensamientos.
Yogui Bhajan.
Fuente:
“72 Historias sobre Dios, el bien y los bienes”. Yogui Bhajan.